Descarbonización y Minería de Litio

Un enfoque regional para el ODS 13.

OPINIÓN

Benjamin Figueroa Clerici

9/5/2024

Huella de Carbono
Huella de Carbono

El desarrollo sostenible implica satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. En el contexto de la minería de litio, esto requiere equilibrar los objetivos ambientales, económicos y sociales. La integración del desarrollo sostenible y las consideraciones de ESG (Environmental, Social, and Governance) son fundamentales para asegurar que la minería de litio en la Región del Noroeste Argentino (NOA) no solo mitigue los impactos ambientales, sino que también genere oportunidades para el crecimiento económico sostenible, proteja el medio ambiente, promueva el bienestar social y mantenga altos estándares de gobernanza.

Las consideraciones ambientales en la minería de litio abarcan una amplia gama de aspectos que deben gestionarse cuidadosamente. La industria del litio incluye la exploración, extracción, producción y comercialización de este metal, esencial para la fabricación de baterías de ion-litio utilizadas en dispositivos electrónicos, vehículos eléctricos e híbridos, y almacenamiento de energía renovable. La gestión ambiental implica el manejo adecuado de residuos, la conservación de recursos hídricos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

La acción por el clima se ha convertido en una prioridad global, enmarcada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en 2015. Según esta organización, con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático avanza a un ritmo mucho más rápido de lo previsto. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) subraya la necesidad de reducir de forma sustancial, rápida y sostenida las emisiones de GEI en todos los sectores. Para limitar el calentamiento global a 1.5 º C por encima de los niveles preindustriales, las emisiones deben disminuir y reducirse casi a la mitad para 2030.

Según el informe “Índice de Economía Neta Cero” de PwC (2023), se requiere una tasa de descarbonización interanual del 17,2% (frente al 15,2% del año pasado) para limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Esta tasa es siete veces mayor que la lograda en el último año (2,5%) y 12 veces más rápida que el promedio mundial (1,4%) en las últimas dos décadas. Para ilustrar la creciente divergencia entre los objetivos planteados y el progreso real, el informe destaca que, desde el año 2000, ningún país del G20 ha logrado una tasa de descarbonización superior al 11% en un solo año.

El ODS 13, “Acción por el Clima”, enfatiza la urgencia de combatir el cambio climático y sus impactos. En este contexto, la minería de litio en el NOA presenta una oportunidad única para contribuir a este objetivo. Para que el desarrollo de la minería de litio sea sostenible y esté alineado con los principios del ODS 13, sería necesario impulsar estrategias alineadas con este objetivo global, como la implementación de un estándar, un modelo de compensación de carbono y la creación de un mercado regional de carbono, integrando consideraciones de desarrollo sostenible y criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Las metas específicas del ODS 13 incluyen fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima (13.1), incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas y planes nacionales (13.2), y mejorar la educación y sensibilización sobre mitigación del cambio climático (13.3). La importancia del ODS 13 radica en la urgencia de abordar el cambio climático, un desafío global que afecta a todas las regiones del mundo, incluido el Noroeste Argentino.

Argentina, Bolivia y Chile forman el denominado "triángulo del litio", que concentra alrededor del 70% de los recursos mundiales de este mineral, lo que representa una parte significativa de la oferta global actual y potencial. Argentina ocupa el segundo lugar en recursos identificados a nivel mundial, superada solo por Bolivia, y el cuarto en volumen de producción, después de Australia, Chile y China, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (2023). Los recursos identificados y las reservas de litio en Argentina se encuentran en salares ubicados en tres provincias: Catamarca, Jujuy y Salta. La minería de litio es clave para la transición hacia sistemas de producción con bajas emisiones de carbono, en sustitución de los combustibles fósiles, gracias a su uso en baterías recargables y almacenamiento de energía renovable. Sin embargo, los procesos asociados al litio generan emisiones de GEI. El uso de maquinaria pesada, el transporte y los procesos químicos necesarios para extraer litio de la salmuera contribuyen a la huella de carbono de la industria.

Alinear la cadena de valor del litio con el ODS 13 no solo contribuiría a la lucha global contra el cambio climático, sino que también ofrecería múltiples beneficios a nivel regional. El compromiso con la sostenibilidad y la acción climática puede mejorar la reputación de las empresas, generar confianza entre los grupos de interés (clientes, inversores y comunidades locales) y abrir nuevas oportunidades de mercado y financiamiento. Al neutralizar su huella de carbono y mejorar la resiliencia climática, la cadena de valor del litio en el NOA podría ser no sólo un motor de la economía, sino también un actor significativo en los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático y promover el desarrollo sostenible.

La implementación de un estándar específico para cuantificar y gestionar la huella de carbono en la industria del litio en el NOA permitiría establecer directrices claras y adaptadas a las condiciones y necesidades regionales, promoviendo prácticas sostenibles y responsables, facilitando la transición hacia una minería más limpia y responsable, y asegurando que las medidas de mitigación y gestión sean efectivas y apropiadas para el entorno del NOA. Un estándar regional alineado con normativas internacionales mejoraría la transparencia y gobernanza en la cadena de valor del litio, facilitando el acceso a mercados y financiamiento internacional, además de fomentar la innovación y adopción de nuevas tecnologías y enfoques para la gestión ambiental y social. Asimismo, podría posicionar al NOA como un líder en minería sostenible de litio, contribuyendo al desarrollo económico y social de la región mientras se protege el medio ambiente para las futuras generaciones.

Cuantificar la huella de carbono es el primer paso hacia la gestión efectiva de las emisiones de GEI en cualquier industria. En la minería de litio, esto implica medir las emisiones en todas las etapas del proceso, desde la extracción y procesamiento hasta el transporte y la disposición de residuos. La cuantificación precisa de la huella de carbono permite identificar las principales fuentes de emisiones, evaluar el desempeño ambiental y establecer objetivos de reducción claros. Además, proporciona una base para la transparencia y la rendición de cuentas, elementos esenciales para ganar la confianza de las comunidades locales y otros actores.

Un estándar regional para cuantificar y gestionar la huella de carbono en la cadena de valor del litio en el NOA debería estar alineado con metodologías y estándares internacionales, pero adaptado a las condiciones y necesidades específicas de la región. Este estándar debería incluir los siguientes elementos clave: 1) Metodologías de medición de emisiones (definir metodologías estandarizadas para medir las emisiones de GEI en los distintos eslabones de la cadena de valor, lo que podría incluir el desarrollo de herramientas específicas para la cuantificación y el monitoreo, o la adopción de herramientas y guías vigentes como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero), 2) Inventarios de emisiones (establecer requisitos para la creación y mantenimiento de inventarios de emisiones de GEI, desglosados por fuente y etapa del proceso, que proporcionen una base para monitorear el progreso), 3) Objetivos de reducción de emisiones (establecer objetivos de reducción de emisiones basados en la cuantificación inicial de la huella de carbono, alineados con los compromisos nacionales e internacionales de reducción de emisiones), 4) Estrategias de mitigación (desarrollar estrategias claras para reducir las emisiones de GEI, específicas para las condiciones locales y considerando las mejores prácticas globales), y 5) Reporte (establecer requisitos para la divulgación pública de información sobre las emisiones de GEI y las acciones de mitigación, fundamentales para construir confianza y asegurar la rendición de cuentas).

La implementación de un estándar regional para la cuantificación y gestión de la huella de carbono en la cadena de valor del litio en el NOA podría ofrecer varios beneficios: contribuir a la sostenibilidad a largo plazo de la industria y la región, generar oportunidades de financiamiento y asociaciones con actores globales comprometidos con la acción climática, fortalecer la licencia social de las empresas para operar, y fomentar la innovación y la mejora continua, incentivando el desarrollo y adopción de nuevas tecnologías y prácticas que reduzcan las emisiones y mejoren la eficiencia operativa. Disponer de un marco estructurado para medir, gestionar y reducir las emisiones de GEI, alineándose con los compromisos de acción climática y contribuyendo al desarrollo sostenible de la región, podría posicionar al NOA como un líder en la minería de litio sostenible y en la lucha contra el cambio climático.

La compensación de carbono es una estrategia para mitigar las emisiones de GEI mediante la implementación de proyectos que capturen o reduzcan emisiones equivalentes en otra parte. Un modelo de compensación regional permitiría a las empresas del sector compensar sus emisiones invirtiendo en proyectos de la región que capturen o reduzcan una cantidad equivalente de GEI (como la conservación de bosques, reforestación, energías renovables o eficiencia energética). Esto no solo neutralizaría las emisiones de GEI de la cadena de valor del lito mediante la inversión en proyectos de compensación y contribuiría activamente a la mitigación del cambio climático, sino que también generaría beneficios adicionales para las comunidades de la región y el medioambiente, promoviendo la conservación de la biodiversidad, la mejora de la calidad del aire y los servicios ecosistémicos, la creación de empleos y oportunidades sostenibles en toda la región y el fortalecimiento de las relaciones con las comunidades.

Para la implementación de un modelo de compensación regional de carbono se deberían considerar los siguientes componentes: 1) Identificación y selección de proyectos (priorización de proyectos en función de su potencial para capturar o reducir emisiones de carbono, sus beneficios colaterales para la región y su viabilidad técnica y económica), 2) Metodologías de cuantificación (alineadas con estándares reconocidos internacionalmente), 3) Sistemas de validación y verificación (incluyendo auditorías independientes y la utilización de tecnologías avanzadas de monitoreo ambiental), 4) Registro y certificación (registro centralizado de proyectos de compensación y sus reducciones de carbono, transparente y accesible al público, y certificados por organismos reconocidos), y 5) Fondo de compensación y apoyo técnico (establecer mecanismos de financiamiento, como fondos específicos con aportes de empresas o incentivos fiscales, para apoyar el desarrollo y la implementación de proyectos de compensación, así como asistencia técnica).

La creación de un mercado regional de carbono complementaría el modelo de compensación, proporcionando un marco estructurado para la compra y venta de certificados de carbono generados por proyectos de absorción o captura de emisiones. Los mercados de carbono permiten que las empresas que superen sus objetivos de reducción de emisiones pueden vender créditos a aquellas que necesiten compensar sus emisiones, fomentando así la eficiencia y la innovación en el sector. Un mercado regional en el NOA facilitaría la implementación de proyectos de mitigación y permitiría a las empresas del sector cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones de manera más eficiente y rentable, generando al mismo tiempo oportunidades en toda la región.

Entre los componentes clave para la creación y regulación efectiva de un mercado regional de carbono se pueden mencionar: 1) Establecimiento de un límite de emisiones (basado en objetivos de reducción de emisiones consistentes con los compromisos nacionales e internacionales que se reduzca progresivamente con el tiempo), 2) Mecanismos de asignación de permisos de emisión (mediante asignaciones basadas en criterios específicos, subastas o una combinación de ambos), 3) Sistema de monitoreo, reporte y verificación (que asegure que las emisiones de GEI se midan y reporten de manera precisa y transparente), 4) Plataforma de comercio (segura y eficiente para la compra y venta de permisos de emisión), 5) Mecanismos de cumplimiento (sanciones disuasivas para las empresas que no cumplan con sus obligaciones de reducción de emisiones, como multas o reducción de futuros permisos de emisión), y 6) Apoyo a la innovación (programas de apoyo y financiamiento para la formulación e implementación de proyectos que promuevan la captura de emisiones).

Un mercado regional de carbono en el NOA bien diseñado ofrecería diversos beneficios, como incentivos directos para que las empresas reduzcan sus emisiones de GEI de manera rentable y eficiente, mayor flexibilidad para que las empresas definan su estrategia de reducción de emisiones, generación de ingresos fiscales que pueden reinvertirse en proyectos de desarrollo comunitario, y la garantía de reducciones de emisiones verificables.

La cadena de valor del litio en la Región del Noroeste Argentino tiene el potencial de desempeñar un papel crucial en la acción climática y el desarrollo sostenible. La implementación de un estándar para cuantificar y gestionar la huella de carbono, junto con un modelo de compensación y la creación de un mercado regional de carbono, podrían ser estrategias fundamentales para asegurar que la minería de litio no solo contribuya a la transición hacia una economía baja en carbono, sino que también genere beneficios ambientales, sociales y económicos a largo plazo. Con estos enfoques, la industria del litio en el NOA podría liderar el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los compromisos globales de acción climática.